PUBLICACIÓN: 20 DE NOVIEMBRE – DÍA MUNDIAL DE LA INFANCIA

El 20 de noviembre de cada año celebramos el Día de los Derechos de la Infancia. Los días internacionales ofrecen la oportunidad de sensibilizarnos respecto a temas de gran interés, como en este caso, sobre los derechos humanos. Al mismo tiempo, pretenden llamar la atención de los medios de comunicación y los Gobiernos para dar a conocer problemas sin resolver que precisan la puesta en marcha de medidas políticas concretas.

Este es un asunto relativamente nuevo. Las normas de protección de la infancia no existían a comienzos del siglo XX. La Asamblea General de Naciones Unidas aprueba en 1959 la Declaración de los Derechos del Niño, que es la primera que reconoce el derecho de la infancia a la educación, a la atención de la salud y a tener un entorno que los proteja. En 1979 se declara el Año Internacional del Niño. Y no es hasta 1989, cuando la Asamblea aprueba la Convención sobre los Derechos del Niño, reconociendo a las personas menores de edad como sujetos de derechos, y no solo como objetos de protección. Dicho documento establece unas normas esenciales para garantizar la protección de los derechos de los niños y niñas, en respuesta a su especial vulnerabilidad. Se compromete a satisfacer las necesidades básicas de la infancia, proporcionando atención sanitaria, educación y formación, seguridad social, y oportunidades de juego. Se trata de proteger al niño contra toda forma de crueldad y explotación (maltrato y abandono, tortura, pena de muerte, consumo y tráfico de drogas, explotación laboral y sexual, etc.), ayudando a la familia si fuese preciso, y ofreciéndoles servicios de atención a la infancia, para que atiendan convenientemente las necesidades de las personas menores.

Por todo ello, si hay algo que tienen en común todas las personas menores del mundo, sin excepción alguna, son sus derechos, por la mera condición de existir, sin importar donde hayan nacido, cual sea la pigmentación de su piel, y sean cuales sean sus circunstancias físicas, económicas o sexuales, de tal modo que todas las personas menores tienen los mismos derechos ante la ley. Pero en la realidad en que nos encontramos, estos derechos son vulnerados diariamente en todo el mundo. Las personas menores están especialmente expuestos a las violaciones de derechos humanos porque dependen de las personas adultas, lo que a veces incrementa el riesgo, conformando uno de los grupos que corre el mayor riesgo de sufrir pobreza, desnutrición y abusos, aumentando significativamente este riesgo en situaciones bélicas, como sucede hoy día en varios lugares del mundo.

Sin lugar a duda, conviene una sociedad en la que adultos y personas menores conozcan cuáles son los derechos de la infancia. Para familias y profesionales, podríamos recordar en este texto uno de los principios generales de la Convención sobre los Derechos del Niño, y es que las personas menores tienen derecho a participar —y a ser escuchados— en aquellas decisiones que les afecten. Los derechos de participación están ligados al grado de madurez de las personas menores y se aplican conforme a él, con el fin de apoyar su desarrollo, pero ayudarles al mismo tiempo a tomar decisiones mejor informadas. Podemos recordar que al igual que las personas adultas, la infancia tiene derecho a expresar sus opiniones y a protestar de forma pacífica.

Os sugerimos este asunto como un tema muy interesante a tratar en casa tanto hoy, día internacional de los Derechos de la Infancia, como cualquier otro día del año.

Si quieres saber más acerca de los Derechos de la Infancia, puedes consultar esta página vinculada a la organización internacional UNICEF: https://www.unicef.es/causas/derechos-ninos

 

Daniel Rodríguez

Técnico de Familia del SAF

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