El mes pasado, sacamos nuestro taller online “¡Quiero ver el plato vacío!”, que incluía diferentes orientaciones para la gestión de aspectos relacionados con la alimentación de los hijos/as.
Existen muchas estrategias para fomentar una alimentación sana en casa. Por ejemplo, el involucrar a los niños en la planificación y preparación de las comidas es una excelente manera de enseñarles hábitos alimenticios saludables, la importancia de una dieta equilibrada y fomentar una relación positiva con la comida. También aumenta su interés y aceptación de alimentos saludables.
En esta entrada, partiendo de lo que aprendimos en ese taller, y aprovechando que se acerca el verano, una época donde se producen muchos más comentarios en torno a la alimentación y el cuerpo (“hasta julio sin comer bollos”, “mañana mismo comienzo la operación bikini”, “madre mía, cómo he engordado”) queríamos traer algunas estrategias efectivas para analizar y mejorar nuestra comunicación en casa.
¿Qué relación con la comida tengo y qué relación promuevo?
La forma en que abordamos y comunicamos estos temas en el hogar tiene un gran impacto en la relación que nuestros hijos desarrollan con la comida, así como en su salud física, emocional y bienestar general. 🌟👨👩👧👦 Por tanto, es vital establecer una relación saludable desde una edad temprana:
- Una buena relación con la alimentación está relacionada con hábitos alimenticios más sanos, lo que ayuda a mantener una buena salud y a prevenir problemas físicos y emocionales vinculados a la alimentación
- También fomenta el bienestar emocional al reducir el estrés y la ansiedad asociados con la comida, permitiendo disfrutar de los alimentos sin culpa ni excesivas preocupaciones.
Para lograr esto, es crucial tener una actitud flexible hacia la alimentación. Esto significa permitirnos disfrutar de alimentos indulgentes ocasionalmente sin sentirnos culpables.
Por ejemplo, permitir a los niños disfrutar de un helado de vez en cuando puede enseñarles que está bien disfrutar de ciertos alimentos con moderación 🍫🍰
Esta flexibilidad nos ayuda a disfrutar de la comida de manera equilibrada, evitando una rigidez excesiva que puede conducir a sentimientos de privación o descontrol.
- Además, la alimentación es una actividad social que nos une a los demás. Tener una relación saludable con la comida nos permite disfrutar de estos momentos sin preocupaciones innecesarias.
Por ejemplo, una comida familiar puede ser un momento de unión y alegría en lugar de una fuente de estrés si se tiene una relación equilibrada con la comida. 👨👩👧👦🍴
Cuidar nuestra relación con la comida es una forma de autocuidado que fomenta la salud y el bienestar a largo plazo, tomando decisiones alimenticias basadas en el respeto y cuidado de nuestro cuerpo.
¿Cómo hablamos de la alimentación en casa?
La manera en que hablamos sobre aspectos como el consumo de alimentos, el peso corporal, la imagen física o los problemas de alimentación tiene un impacto significativo, ya sea positivo o negativo, en la relación que nuestros hijos desarrollan con estos temas. Por ello, una comunicación saludable en torno a la comida es clave para promover una relación positiva con ella y una autoestima fuerte y positiva en niños/as y adolescentes.
Por ejemplo, hacer comentarios negativos constantes sobre la cantidad de comida que tu hijo consume puede generar sentimientos de culpa o vergüenza.
Un enfoque más adecuado es fomentar su autoconciencia y animarle a prestar atención a las señales de hambre y saciedad, escuchando a su cuerpo y deteniéndose cuando esté satisfecho. 🗣️👍
En este sentido, al abordar situaciones relacionadas con la salud física, debemos enfocarnos en la salud, no en el peso como indicador principal de esta, o como señal de alarma para hacer cambios. En su lugar, podemos hablar sobre hábitos saludables como una alimentación equilibrada, ejercicio regular, un buen sueño y manejo del estrés.
Evita hacer comentarios negativos sobre el cuerpo, ya sea el de tus hijos, el tuyo propio o el de otros. Estos comentarios pueden influir en su percepción, autoconcepto y autoestima.
A menudo, no somos conscientes de los mensajes que transmitimos con nuestra actitud hacia nuestro propio cuerpo, ya sea cuando ganamos o perdemos peso, restringimos alimentos o juzgamos el aumento de peso de un familiar.
Por ejemplo, decir “Estoy tan gordo, necesito hacer dieta” frente a los niños puede transmitir mensajes negativos sobre la imagen corporal. En lugar de elogiar o criticar por el aspecto físico o la alimentación, celebra otras habilidades, cualidades y logros para fortalecer su autoestima y enseñarles a valorarse por diferentes aspectos de su personalidad.
Por ejemplo:
En lugar de decir: «Tienes que perder peso.»
- Podrías decir: Vamos a intentar comer más frutas y verduras y a salir a caminar juntos más a menudo”🏃♀️🍇💤 o «¿Te gustaría que planificáramos nuestras comidas juntos esta semana? Así podemos asegurarnos de que sean balanceadas y deliciosas.» 📅🍽️
En lugar de decir: “¿Vas a comer todo eso?”
- Podrías decir: “Escucha tu cuerpo y come hasta que te sientas lleno”.
En lugar de decir: «No comas eso, te hará engordar.»
- Podrías decir: «¿Qué tal si elegimos algo más saludable que nos dé energía y nos haga sentir bien?» 🥗🍎
En lugar de “Te ves tan bien porque has perdido peso”. 🌟💪
- Podrías decir “Me encanta cómo ayudaste a tu hermano con su tarea”
En lugar de decir: No me gustan mis piernas/barriga/etc.».
- Podríamos decir: «Voy a seguir trabajando en mi salud y aceptando mi cuerpo tal como es.» 🌷🌈
En lugar de decir: «Te ves mejor cuando pierdes peso.»
- Podrías decir: «Me alegra verte activo y disfrutando de tus actividades favoritas.» 🌟🏃♂️
En lugar de decir: «No debería haber comido eso, ahora me siento culpable.»
- Podríamos decir: «Disfruté esa comida y ahora volveré a mis hábitos saludables.» 😊🥗
En lugar de decir: «Estás comiendo demasiado.»
- Podrías decir: «Escucha tu cuerpo y come hasta que te sientas satisfecho.» 🗣️🍽️
En resumen, como padres y madres, es importante ser conscientes de cómo hablamos sobre nuestro propio cuerpo, y el cuerpo de los demás, delante de nuestros hijos e hijas. Podemos modelar una actitud más positiva hacia la alimentación, centrándonos en el bienestar y la salud en lugar de en la apariencia.
Al hacerlo, estaremos creando un ambiente que fomenta la autoaceptación, la salud mental y emocional, y unos hábitos alimenticios saludables en nuestros hijos e hijas.
Recuerda, nuestras palabras y acciones tienen un impacto significativo en cómo se ven, así que seamos modelos de positividad y cuidado hacia nosotros mismos/as y hacia ellos y ellas.
¡Nos vemos en próximas entradas!
Lucía Martín
Técnica de familia