PUBLICACIÓN: CLAVES PARA SOLICITAR CAMBIOS A NUESTRO FAMILIAR

En nuestro día a día familiar surgen situaciones en las que nos gustaría que las cosas ocurrieran de manera distinta, lo que da lugar al conflicto y a la confrontación 💣💥

A menudo, las barreras en la comunicación pueden impedirnos la resolución de nuestras diferencias familiares de una manera amable y respetuosa. Por lo que será muy importante saber identificar estas situaciones a tiempo, y hacer llegar a la otra persona nuestro mensaje desde el amor y el respeto, y no desde los reproches y la impaciencia.

Tener unos conocimientos básicos sobre cómo solicitar cambios a nuestro familiar puede resultar muy útil, sobre todo a la hora de sentarnos a resolver el conflicto de forma madura y racional. Aquí tienes algunas claves que podrán ayudarte a enfrentar este tipo de encuentros familiares 🙌🏻:

1️⃣ Describe brevemente la situación o el comportamiento que te molesta. Cuando tengas el turno de palabra, trata de comunicar lo acontecido de la manera más objetiva posible. Esto quiere decir: sin hacer juicios de valor, o sin reprochar sobre episodios pasados. Céntrate en describir la situación, el espacio, la temporalidad o las personas involucradas, de manera imparcial. Por último, asegúrate de que la otra persona entiende y confirma explícitamente lo que estás describiendo. Ej.: “tu profesora de Lengua me ha llamado por teléfono y me comentado que llevas varios días sin hacer los deberes de su asignatura. Me ha dicho que en clase te observa distraída y poco participativa, ¿es esto cierto?”.

2️⃣ Expresa las consecuencias del mismo. Trata de razonar con la otra persona las posibles consecuencias de ese comportamiento que consideras inadecuado. Ej: “si tú le dices a nuestro hijo una cosa, y después yo le digo otra, al final terminará haciendo lo que a él le venga en gana”.

3️⃣ Expresa cómo te sientes. En este punto deberás utilizar los “mensajes yo”. Los mensajes yo son una herramienta de comunicación especialmente útil cuando queremos expresar nuestros pensamientos o emociones sin herir a nuestro familiar. Para llevarlos a cabo, priorizamos hablar en primera persona, centramos la atención en el hecho sobre el que se está hablando y describimos qué emociones nos genera a título personal. Ej.: “cuando te enfadas con el abuelo, yo me pongo triste, porque se que ninguno de los dos lo estáis pasando bien”; “cada vez que me llaman del colegio porque te has metido en otra pelea, siento que estoy fallando como padre”.

4️⃣ Empatiza con la otra persona. En relación al punto anterior, pregunta a tu familiar cuál es su percepción sobre la situación, y escucha su respuesta con atención. Trata de poner en contexto su forma de actuar y pregunta cómo se siente en relación a lo que le has comentado. Ej.: “¿tú qué opinas sobre esto?”; “¿cómo te sientes en relación a lo que ha ocurrido?”.

5️⃣ Implícate en el problema y ofrece soluciones. Muéstrate como un recurso de apoyo para la otra persona a la hora de buscar alternativas más efectivas, y sobre todo, que mejoren la convivencia en casa. Puedes ofrecer varias opciones o incluso negociar algún acuerdo. Lo importante es que ambas partes se sientan cómodas con lo pactado. Ej.: “podrás utilizar tecnologías después de la cena, siempre y cuando lo apagues todo antes de las 22.00h”; “si te levantas pronto, me comprometo a llevarte al colegio en coche todas las mañanas”.

6️⃣ Avisa de las consecuencias positivas y negativas del cambio solicitado. Aquí viene la segunda parte de la negociación: las consecuencias. Cuando pactamos un acuerdo, lo ideal es adelantar una serie de consecuencias lógicas al cumplimiento o incumplimiento de dicho acuerdo. Ej.: “si haces los deberes del colegio, después podrás usar la video-consola, pero si no te esfuerzas por acabar tus deberes, no habrá tecnología ese día”.

7️⃣ Valora la escucha y predisposición al cambio. Por último, verbaliza tu agradecimiento por ese espacio de escucha compartida, aprovecha el momento para lanzar algún refuerzo positivo (verbal) mediante alguna frase de apoyo. Ej.: “muchas gracias por escucharme, para mi esto era importante y ahora estoy mucho más tranquila”; “gracias hij@ por tu tiempo, me gusta cuando me escuchas y no nos peleamos”.

¡Ahora es tu turno! Trata de poner en práctica estas pautas poco a poco, y sin agobios. Recuerda que antes del hábito vienen muchas horas de práctica; y no dudes en escribirnos un comentario si tienes más sugerencias o te ha quedado alguna duda sobre esta temática.

Un abrazo, familias 🤗

Antonio Naranjo

Técnico de Familia del SAF

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